¿Sabes cómo disfrutar de este manjar del mar? En esta nota te contamos sencillos tips para que lo hagas.

Olvida el limón. Lo ideal es comerlas sin echarles limón para apreciar todo la potencia que encierran. SIn embargo, puedes agregarle un toque de salsa picante, vinagre o pimienta que le da un matiz especial.

No necesitas hielo al servirla. Servir ostras vivas con hielo en el plato es meramente decorativo. Si la ostra está refrigerada de forma adecuada, no necesita frío extra, lo importante es o abrirlas en el momento justo antes de servir o tener al alcance de los comensales implementos para abrirlas.

Probarlas es cuestión de técnica. Las ostras se mastican, no se tragan. Se pasan de unos molares a otros para disfrutar primero su mayor o menor carnosidad y extraer todo el sabor sin prisas que va desde la salinidad hasta algunas notas de frutos secos como las avellanas en algunas variedades.

Con vino saben mejor. Las ostras son un manjar natural pero no hay duda que es uno de los favorecidos cuando se combinan con un buen vino. Un blanco de buena acidez como e Ghiaie Bianche Sant´Antimo Chardonnay DOC de bodega Col d’Orcia o un champagne Bollinger, ambos productos de Alimentos Fusari, siempre mejoran el bocado.