3 pecados de un carménère

La variedad carménère se ha convertido en sinónimo de los buenos vinos chilenos, sin embargo, como su redescubrimiento ocurre apenas a finales de los años 90 del siglo XX, todavía viticultores y enólogos están conociendo en profundidad esta cepa y algunos vinos no dan la talla. Aquí te compartimos tres de esas señales que te dicen que no estás tomando un buen carmenere.

Sabores verdes intensos. Recuerdan el pimentón verde y dan una sensación herbácea que no se corresponde con un vino tinto, sea por que la uva fue cosechada antes de tiempo, el viñedo es muy joven o la fruta no fue tratada adecuadamente. Recuerda a los primeros y erráticos intentos de elaborar carménères.

Falta de acidez. A veces, para evitar las sensaciones «verdes», algunas bodegas sobremaduran la uva y el resultado es un camenere pesado, saturado, casi dulzón que esconde las sutilezas más apreciadas de la variedad. Este problema recuerda la importancia del equilibrio.

Monotonía. Uno de los placeres del carménère es que es capaz de llevarnos de notas de café a algunas especias o de algún recurdo cítrico de fresa a la piel de alguna fruta oscura madura pero en los carmeneres menos logrados no se encuentran ninguna de estas inflexiones sino una monotonía que aburre.

Si quieres probar un carménère que demuestra todo el potencia de la variedad, te invitamos a conocer La Joya Gran Reserva de Viña Bisquertt.

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