Vinos de Col d’Orcia y el plato navideño venezolano

La clave de Col d’Orcia ha sido su capacidad para combinar innovación y tradición con el objetivo de hacer vinos que respetan la esencia toscana pero tienen también toques contemporáneos. Son perfectos además para acompañar el plato navideño venezolano con su complejidad de sabores al ofrecer una concentración de fruta y especias notables.

Armonía natural. Gineprone Chianti. La decisión de añadir 10% de cabernet sauvignon a la tradicional sangiovese le dan a este vino la pieza de estructura que faltaba en su rompecabeza de sabores. Chianti al estilo tradicional, con la acidez que recuerda la cereza y la fruta roja fresca tiene también sus detalles de café tostado y algo de canela. Al pernil, sí se elabora con el adobo clásico con naranja, lo acompaña en ese punto ácido a la vez que limpia el paladar de la salsa. Puede sorprender con la hallaca.

Armonía sorprendente. Ghiaie Bianche. ¿Chardonnay en Montalcino? Precisamente es su magia. Clones llevados de la Borgoña y un terroir con buena exposición solar, fermentación en madera, maloláctica parcial y sólo afinamiento en botella hacen que el resultado final sea un vino sólo comparables con los chablis. Con una hallaca de cerdo y pernil en salsa de vino blanco o dulce puede ser esa alternativa para quienes buscan más allá del vino tinto. Perfecto también como un sofisticadísimo aperitivo en estas cenas especiales.

Armonía inusitada. Rosso di Montalcino. Más que mermelada, es compota muy especiada lo que propone el Rosso junto con una densidad notable por lo que al momento de llevar a la mesa es difícil que haya un plato que lo logre opacar. Por eso, para esos menús en los que no es extraño servir dos proteínas animales (pernil y pavo) junto con la hallaca con sus tres carnes y el pan de jamón, éste es el vino. Para paladares atrevidos.

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